Esta semana estuve muy ocupado y no terminè nada. Èste es uno de los episodios de Fragapane y el Conde, que mas vistas ha reunido.
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Como llegar al Cielo.
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Como llegar al Cielo.
En el año 1932, el Conde Wolfang Turpiliatus Von Mentecat IX, a raìz de la muerte de su "Hàmster" predilecto, sufriò una transformaciòn espiritual que influirìa, no solo en su vida, sino tambièn en la de sus allegados màs cercanos, el cartero y el Dr. Harold Fragapane.
Para decirlo en forma clara, y con sus propias palabras, el Conde se hartò de "las religiones impuestas", "la moral ajena", "los pecados capitales", "los 10 mandamientos", "el cura èse", y "el vino de misa".
Como era su costumbre, (cada vez que se le ocurrìa alguna idiotez), encargò al Dr. Fragapane, la creaciòn de una nueva religiòn, a semejanza de lo hecho por Enrique VIII.
Esto es, una creencia, firmemente fundada, que le permitiese hacer lo que se le cantara soberanamente.
Para decirlo en forma clara, y con sus propias palabras, el Conde se hartò de "las religiones impuestas", "la moral ajena", "los pecados capitales", "los 10 mandamientos", "el cura èse", y "el vino de misa".
Como era su costumbre, (cada vez que se le ocurrìa alguna idiotez), encargò al Dr. Fragapane, la creaciòn de una nueva religiòn, a semejanza de lo hecho por Enrique VIII.
Esto es, una creencia, firmemente fundada, que le permitiese hacer lo que se le cantara soberanamente.
Y no solo a èl, sino tambièn a todos sus seguidores, porque el Conde buscaba, (en forma secreta y no reconocida), desbancar al Papa, para poder quedarse con "ese sombrero picudo, blanco con cositas doradas, que usa siempre. El palo doblado no. No me gusta. Que se lo quede!".
El Dr. Fragapane, entonces, comenzò por estudiar las religiones existentes.
El Dr. Fragapane, entonces, comenzò por estudiar las religiones existentes.
A poco de comenzar la investigaciòn, hallò que las religiones monoteìstas devenìan, mayormente, de un filòsofo persa de nombre "Zoroastro", o tambièn llamado "Zaratustra".
(El Conde Von Mentecat intentò convencer a la comunidad episcopal que su tercer nombre, era "Zaratorta", lo que, segùn èl, lo emparentarìa con aquel pensador, pero fue ràpidamente descubierto. El Conde culpò a sus ancestros por no haberlo llamado asì).
En esta lìnea de pensamiento, Fragapane concluyò que las religiones, normalmente, decidìan QUE era bueno, y QUE era malo. Por consiguiente, los acólitos obtenìan la salvaciòn, o la perdiciòn, de acuerdo a si sus acciones eran consideradas BUENAS, o MALAS, por la doctrina en cuestiòn.
Por lo tanto, segùn el Dr. Fragapane, el primer mandamiento de a "Iglesia Pontificia Von Mentecatiana para la fàcil salvaciòn", fue que nada que el conde Wolfang Von Mentecat IX considerara BUENO, (o le conviniera de alguna forma), podìa ser malo.
Incluso, en un alarde de racionalidad legalista, se especificò que, de haber un tema sobre el que el Conde no supiera un corno, èste debìa ser considerado bueno, hasta que se probara lo contrario.
(Este primer enunciado de la Iglesia Von Mentecatiana, fue duramente cuestionado por los Obispos Catòlicos reunidos en el "Concilio Vaticano I", sito en Villa Ortùzar, ya que declararon que era una burda copia de la Iglesia Catòlica Romana).
El Conde, muy complacido por el cariz que tomaban los acontecimientos, enumerò una lista de "pecados gravìsimos", los que, segùn su doctrina, acarreaban no solo la perdiciòn y condena perpetua del alma, sino tambièn la impotencia, y la caìda del cabello. Algunos de èstos eran:
1) cobrarle impuestos a Von Mentecat.
2) Tener un inodoro màs alto que el de Von Mentecat.
3) Darle algùn premio a alguien, sin darle tambièn a Von Mentecat.
4) Ser el Papa, y no darle el "sombrerito èse, que me gusta".
Cualquier otra acciòn, incluso las punidas en cualquier còdigo penal, no eran consideradas pecado mediante el pago de una "Bula Fragapaneal", por lo que la "Iglesia Pontificia Von Mentecatiana", hacìa realidad lo de la "fàcil salvaciòn".
Pero, lamentablemente, Fragapane y Von Mentecat, eran adelantados a su tiempo.
En esta lìnea de pensamiento, Fragapane concluyò que las religiones, normalmente, decidìan QUE era bueno, y QUE era malo. Por consiguiente, los acólitos obtenìan la salvaciòn, o la perdiciòn, de acuerdo a si sus acciones eran consideradas BUENAS, o MALAS, por la doctrina en cuestiòn.
Por lo tanto, segùn el Dr. Fragapane, el primer mandamiento de a "Iglesia Pontificia Von Mentecatiana para la fàcil salvaciòn", fue que nada que el conde Wolfang Von Mentecat IX considerara BUENO, (o le conviniera de alguna forma), podìa ser malo.
Incluso, en un alarde de racionalidad legalista, se especificò que, de haber un tema sobre el que el Conde no supiera un corno, èste debìa ser considerado bueno, hasta que se probara lo contrario.
(Este primer enunciado de la Iglesia Von Mentecatiana, fue duramente cuestionado por los Obispos Catòlicos reunidos en el "Concilio Vaticano I", sito en Villa Ortùzar, ya que declararon que era una burda copia de la Iglesia Catòlica Romana).
El Conde, muy complacido por el cariz que tomaban los acontecimientos, enumerò una lista de "pecados gravìsimos", los que, segùn su doctrina, acarreaban no solo la perdiciòn y condena perpetua del alma, sino tambièn la impotencia, y la caìda del cabello. Algunos de èstos eran:
1) cobrarle impuestos a Von Mentecat.
2) Tener un inodoro màs alto que el de Von Mentecat.
3) Darle algùn premio a alguien, sin darle tambièn a Von Mentecat.
4) Ser el Papa, y no darle el "sombrerito èse, que me gusta".
Cualquier otra acciòn, incluso las punidas en cualquier còdigo penal, no eran consideradas pecado mediante el pago de una "Bula Fragapaneal", por lo que la "Iglesia Pontificia Von Mentecatiana", hacìa realidad lo de la "fàcil salvaciòn".
Pero, lamentablemente, Fragapane y Von Mentecat, eran adelantados a su tiempo.
Luego de una penosa serie de asesinatos seriales, cuyos perpetradores se escudaron en "razones de conciencia", y en la doctrina de Fragapane, (y tambièn en que le habìan pagado al Conde Von Mentecat ), ambos fueron enjuiciados y pasaron algùn tiempo en la càrcel.
Durante el juicio, el Dr Harold Fragapane se mantuvo estoico y firme, pero el caso del Conde, fue distinto.
Haciendo pucherito, no dejaba de repetir:
Durante el juicio, el Dr Harold Fragapane se mantuvo estoico y firme, pero el caso del Conde, fue distinto.
Haciendo pucherito, no dejaba de repetir:
"Quiero mi sombrerito! Èse, èse! El que tiene el Papa ! Èse, quiero!".
Buenas tardes.
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