Jesús, me conoce BIEN.
"Dios, mi salvador, he pecado y pido tu perdón." ( ver foto ).
Con la voz entrecortada, lágrimas en los ojos y ante 7000 fieles reunidos en su congregación en Baton Rouge, Jimmy Swaggart vio el infierno de cerca la mañana del 21 de febrero de 1988, cuando anunció en un sermón, que renunciaba, "por un tiempo indeterminado", a su ministerio evangelista, por haber tenido sexo con una prostituta.
LOS ORÌGENES.
Jim Swaggart, nace el 15 de marzo de 1935, en Ferriday, Louisiana. Fue el primer hijo de los devotos Minnie y WL Swaggart, que eran fervientes participantes en las “Asambleas de Dios”.
Crece dentro de la iglesia. Y destaca como pianista.
A lo largo de su adolescencia, Swaggart y su primo Jerry Lee Lewis (màs tarde, famosìsimo mùsico de Rock), se rebelan contra su entorno religioso, y comienzan a frecuentar locales y clubes de blues, donde rápidamente Jimmy gana reputación, por su talento para tocar el piano.
En los siguientes años, Swaggart lucha entre las exigencias de su familia pentecostal fundamentalista, y su amor por la música.
Al fin, Swaggart abandona su búsqueda de una carrera musical, decidiendo, en su lugar, dedicar su vida a la iglesia.
En 1952, se unió a su padre en el “Ministerio de nuevo Cuño”, donde conoció y se casó con su compañera Frances Anderson.
Después de unirse a un grupo de predicadores itinerantes, la pareja pasa los próximos años viajando por todo el Sur de los Estados Unidos.
En 1962, con la ayuda del ya famoso Lewis, Swaggart graba un álbum de mùsica religiosa: “Dios me quitò el ayer”.
Es récord de ventas. Entonces, junto con una congregación creciente que lo apoyaba, Swaggart se decide, y forma su propio sello discográfico.
Sus grabaciones anuales incluían álbumes muy exitosos, como “Esto es lo que significa para mí el cielo”, y, “Hay un río”. La audiencia, crecìa cada vez màs.
Sin embargo, una mala noticia. Su famoso primo, Jerry Lee Lewis, cae en desgracia cuando sale a la luz, que su tercera esposa, no solo es su prima, sino que tiene tan solo trece años. Lewis parte hacia el olvido, pero Swaggart, sigue adelante.
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EL ASCENSO.
En 1968, Swaggart se trasladó a Baton Rouge, donde lanzó un programa de radio, a nivel nacional, llamado "El Campamento”.
A fines de 1970, su programa fue transmitido en 650 estaciones de radio, mientras que Swaggart siguió al frente del ministerio, con audiencias estimadas en miles de personas.
Esto, lo llevó a probar suerte en un medio mucho más lucrativo : la televisión.
Con la retórica de fuego y una ideología extremista, “
Con una audiencia de dos millones de personas, se convierte en el programa religioso de más alto rating en Estados Unidos.
En la cúspide de su popularidad, Swaggart fue una celebridad en el circuito del gospel, con un lujoso estilo de vida, difícil de Igualar.
Con las contribuciones de sus feligreses, Swaggart fue capaz de financiar un instituto bíblico, imprenta, estudio de grabación, centro de producción de televisión, y santuario de la iglesia, así como una finca de 2,5 millones dólares que albergaba su flota de coches caros y jets privados.
A finales de los 80, El Ministerio Jimmy Swaggart fue la más grande operación tele-evangelista de su clase.
Su operación registró más de $150 millones de dolares anuales. Cada semana, su programa de televisión, “
Todo marchaba sobre rieles.
LA CAÌDA.
En rigor, Swaggart cayó víctima, de una verdadera "guerra de predicadores".
En 1987 había denunciado a sus colegas televangelistas Jim Bakker y Marvin Gorman por sus relaciones extramatrimoniales.
A raíz del romance con su secretaria, Bakker fue despedido de la cadena de TV "Praise the Lord", y se llamò a silencio, avergonzado.
Pero Gorman reaccionó de otra forma: contrató a un detective privado, que fotografió a Swaggart cuando ingresaba en un sórdido motel de Nueva Orleáns con una prostituta.
Cuatro días después, Debra Murphree, la joven fotografiada con Swaggart, dijo por TV que él era un cliente regular.
El derrumbe de Swaggart fue inevitable.
La “Asamblea de Dios”, le suspendiò sus credenciales ministeriales.
A pesar de la confesión entre lágrimas, a su familia y la congregación, sus intentos para escapar del ridículo, y para la reconstrucción de su Ministerio, fueron en vano.
Sin embargo, y desoyendo a los ancianos de su Iglesia, Jimmy, continuò con un ministerio propio, jurando hacer buena letra.
Pero no pudo, parece.
Unos pocos años después de su debacle, Swaggart fue detenido, por una infracción de trànsito en California, con otra prostituta.
Parecía el tiro de gracia a su carrera, pero no fue así.
JIMMY SWAGGART, HOY.
Junto con su hijo Donnie, Swaggart continúa con sus programas de televisión, que se emiten en unos 50 países.
La cifra de telespectadores no se acerca a las que tenía cuando oraba ante audiencias de más de 100 naciones, pero su ministerio goza de buena salud.
Cuenta con 60 estaciones de radio, un colegio y seminario evangélico en el que se forman los futuros ministros, y mantiene su Centro de Oración en Baton Rouge.
Además, la música sigue siendo un negocio redituable: Swaggart es uno de los artistas que registran mayores ventas en el rubro de música gospel, con ventas superiores a las 15 millones de copias en todo el mundo.
Pero sigue haciendo macanas.
Durante la campaña presidencial norteamericana, del 2004. Swaggart escandalizò, en el debate sobre los casamientos gays, al afirmar por televisión:
“Nunca me he encontrado en mi vida con un hombre con el que me hubiese querido casar. Y voy a ser claro: si alguno me hace una insinuación, lo voy a matar y voy decirle a Dios, que se murió”.
(Podrìa estar en contra de las uniones homosexuales, pero hablar de matar gente…..es como “políticamente incorrecto”. Sobre todo, para un Pastor)
La reacción general no se hizo esperar. Una cadena de televisión canadiense debió disculparse ante sus televidentes, y la comisión gubernamental que regula los contenidos de la programación en ese país inició una investigación.
El altercado derivó en un pedido de perdón:
“Fue un comentario humorístico. No se puede engañar a Dios, es ridículo. Si sonó como un insulto, (que creo que no lo fue), ofrezco mis disculpas”, dijo Swaggart, arrepentido.
Una vez más……....Arrepentido.
No importa. Jesús, lo conoce bien.