(Este escrito del Dr Fragapane, fue llevado a cabo con "Gustavo", uno de los "Fundadores de Bloguetia". Aunque no lo crean, la teorìa de Aviani, sobre la "Inconsistencia temporal" que explicarìa la diferencia de inteligencia entre las personas........ EXISTE!)
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Ciencia no reconocida.
El genio universal del Dr. Harold Fragapane, ese Leonardo del siglo XX, no conocía fronteras y abarcaba todas las disciplinas científicas, desde la física de partículas al origami, pasando por la crítica literaria y el modelado en Plastilina.
Pero tal vez la muestra más acabada de su talento la evidenció cuando desarrolló un método de obtener energía ilimitada, sin contaminación y a bajo costo.
Sucedió que llegó a las manos del Dr. Fragapane un manuscrito firmado por un Doctor italiano, de apellido Aviani, y que había pasado inadvertido para la comunidad científica. Postulaba el autor, que las diferencias en inteligencia entre diferentes individuos, se debían a lo que llamaba “inconsistencia temporal“.
Explicándolo brevemente, el tiempo transcurriría más lentamente para algunos sujetos, de modo que en un determinado lapso de tiempo, tendrían lugar más procesos cerebrales, que darían lugar a más elaboradas conclusiones. (En suma, podrìan pensar màs veces por minuto)
Para otros desafortunados, en cambio, el tiempo transcurriría con tanta velocidad que no podrían alcanzar a completar una cadena de razonamientos, conduciéndolos a todo tipo de errores de juicio. (Tendrìan poco tiempo para pensar, por lo que parecerìan estùpidos, o lentos).
El golpe de genio de Fragapane fue asociar esta aseveración, con el hecho de que, de dos partículas de igual masa, la de mayor velocidad lleva mayor energía asociada.
Extendiendo a los pensamientos éste principio, postuló Fragapane que se podía extraer, y aprovechar, la energía asociada a los pensamientos estúpidos.
-“Cuanto más estúpidas son las ideas, más energía asociada traen"-se dijo Fragapane.
Y, como ejemplo, basta con tener en cuenta que el calor es una forma de energía, y las estupideces ajenas nos hacen calentar sobremanera.
Esa calentura sería un indicio de la transferencia de energía.
De este modo comenzó Fragapane una serie detallada de experimentos, que lo llevaron a desarrollar un aparato capaz de detectar la cantidad de energía asociada con cada pensamiento estúpido.
El ingenioso dispositivo se llamó “chambonímeter“, y medía la energía asociada a la estupidez en una unidad que el Dr. Fragapane denominó “boludio“.
Un boludio era igual, exactamente, a 12,85 calorías, siendo la cantidad más pequeña de energía liberada por una boludez.
Por ejemplo: colocar la llave incorrecta en una cerradura, liberaba una energía exactamente igual a un boludio, pero continuar forzándola hasta provocar un desperfecto o rotura equivalía a treintaisiete boludios.
Si el sujeto al llegar frente a la puerta de su casa tomaba la llave, correcta o no, y en vez de colocarla en la cerradura se la introducía en el oído, con ruptura de tímpano, en el proceso se liberaban doscientos cincuenta y dos mil cuatrocientos veintiséis boludios.
Una vez mesurada la energía liberada por cada boludez, se abocó Fragapane a fabricar un dispositivo que canalizara y almacenara toda esa energía.
El aparato, denominada “Conversor Naboenergético“ permitía extraer la energía liberada por los procesos mentales de noventa idiotas durante una hora, y transformarla en energía eléctrica para iluminar un foquito de 2 Watts.
El calor disipado durante ese lapso, por otra parte, hubiera sido suficiente para alimentar un alto horno y fundir diecisiete toneladas de acero.
Sabido es que Fragapane pensó en refinar su Conversor Naboenergético, tratando de disminuir la disipación de calor. Un segundo modelo permitiría obtener la energía de un número muchísimo mayor de estùpidos, en forma simultánea.
Fragapane pensaba, en el interior de ese segundo modelo, acomodar a todos los que dijeron “Yo no lo voté“.
Lamentablemente, la presión de las compañías petroleras, que temieron la pérdida de su negocio, atentó, una vez más, contra los planes de este gran filántropo y hombre de Ciencia.
Pero el Dr Fragapane, como era su costumbre, siguiò su tarea silenciosa.
-"No me calienta"-Declarò.
Buenas tardes.
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La niña del parque.
Hace 2 días