LA INOLVIDABLE TARDE, DEL SR. INSFRÀN.

Era una tarde soleada, ideal para la pràctica de Fùtbol.

El estadio estaba repleto. La gente, enardecida, alentaba a viva voz a ambos equipos.

Javier Insfràn, al salir a la cancha, sintiò un hormigueo en la espalda. Sabìa que habìa nacido para esto. Su equipo de toda la vida, el Deportivo "Leña y leña" de Makallè, jugaba la final del torneo contra su eterno rival, el "Carrasco Fòbal Clù", de Pampa del Infierno.

Javier, de ninguna manera aceptaba una derrota, especialmente hoy. Sabìa que su padre lo estaba observando, desde la tribuna.

-"Se lo debo al viejo"- pensò.

Desde el inicio del partido, como era su costumbre, corriò de ida y vuelta, mostrando un impecable trabajo fìsico. Siempre estaba bien preparado para los partidos, pero esta vez, se habìa entrenado aùn mejor.

Esto, era especial.

Pero, para su angustia, desde el comienzo, fueron los del "Carrasco Fòbal Clù", los que tomaron la iniciativa. Las pelotas llovìan sobre el àrea del "Leña y leña", obligando al "Tape", el arquero makallense, a revolcarse en varias oportunidades.

En los corners, Javier Insfràn , con viril comprensiòn, lo miraba y asentìa con la cabeza, para tranquilizarlo.

Pero el partido seguìa difìcil. El equipo contrario no aflojaba. Desde la tribuna de los de Pampa del Infierno, bajaban los gritos, imprecaciones, y exclamaciones de asombro, cada vez que se perdìan un gol.

Pero el "Deportivo Leña y leña", aguantò.

La semana siguiente, los titulares de los diarios, no se cansarìan de destacar la heroica resistencia de los makallenses. Fueron atacados durante todo el partido, pero, teniendo a favor algo de suerte, justo es decirlo, se las arreglaron para mantener el cero a cero, hasta el ùltimo minuto.

Ese ùltimo minuto.

Los del "Carrasco Fòbal Clù", desesperados en su arremetida, descuidaron algunas marcas, y, a raìz de un rebote dentro del àrea, la pelota le cayò justo a Lito, el puntero derecho del "Leña".

Lito, ràpido como una liebre, escapò por la raya, rumbo a campo rival.

Javier Insfràn, viò su oportunidad. Picò rabiosamente hacia el punto del penal, donde, despuès de observar la posiciòn del arquero contrario, se encontrò con el centro atràs, que Lito, sin saber si alguien habìa llegado al àrea, habìa enviado con una ponzoñoza comba.

Inflando el pecho, Javier Insfràn viò todo en càmara lenta. El frentazo justo, la pelota en la red, la expresiòn incrèdula del portero rival y la tribuna que explotaba de jùbilo.

Entre ellos, su propio padre.

El "Deportivo Leña y leña", obtuvo su primer campeonato, y Javier Insfràn fue sacado en andas de la cancha.

Muchos años màs tarde, no dejarìa de contarles, a sus nietos, la que fue una de las tardes màs memorables de su vida.

Claro que hubo, entre tanta felicidad, una pequeña tristeza.

El Colegio de àrbitros, lo suspendiò de por vida, y nunca pudo volver a dirigir un partido.


Buenos dìas.

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