Gente Sensible

domingo, 23 de mayo de 2010

QUE FESTEJAMOS DEL BICENTENARIO?



Querido Gaucho: en medio de los preparativos para el regreso (no digo Operación Retorno porque suena muy peronista), me tomé una pausa para escribir unas reflexiones sobre el Bicentenario. Si te parece bien, publicalas el lunes. Un abrazo

El Fantasma de Canterville (con escarapela y todo)

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BICENTENARIO.

Los argentinos estamos festejando por estos días los dos siglos de nuestro primer cuartelazo, que no de otra cosa se trata la Revolución de Mayo.

Una Revolución que llevó a una Guerra de la Independencia seis años antes de que nos decidiéramos a declarar la misma y sustentada ideológicamente por los escritos de los pensadores franceses y con la nunca desinteresada intervención de esos rapaces insaciables, los imperialistas británicos.

Un proceso que, habida cuenta de las variadas opiniones imperantes en la época, solo de causualidad no nos convirtió en una monarquía incaica o nos proveyó de algún nuevo y decadente monarca europeo. Un proceso, además, que nos llevó rápidamente a la anarquía de 1820 y las guerras fratricidas entre unitarios y federales.


Así miradas las cosas, pareciera que no hay mucho para festejar. Sin embargo, también estamos conmemorando por estos días una Revolución de Mayo que ya desde la Junta Grande nos llevó a planteanos seriamente la idea de un federalismo que todavía estamos tratando de concretar, que condujo a la Asamblea del Año XIII con la abolición de los títulos de nobleza y de la esclavitud (extraordinarios conceptos para aquella época) y que creó las condiciones políticas favorables para que San Martín liberara Chile y Perú, o para que años después, se defendiera la integridad territorial y la independencia de la Banda Oriental en la Guerra con el Brasil.


Y estos últimos hechos tienen pocos parangones en la Histora: que un pueblo contribuya a la independencia de otro, sin tratar de incorporarlo a su propio territorio, es más una excepción que una regla, y de lo cual muy pocas naciones pueden enorgullecerse.


Para compensar las cosas, iniciamos oprobiosas guerras contra pueblos vecinos (Paraguay) y salvajes campañas de exterminio contra nuestros hermanos, los indios. En el lado poitivo del balance, tratamos de hacer que los inmigrantes que vinieran a nuestro país a trabajar gozaran de todos los derechos, beneficio que hoy en pleno siglo XXI, muchas naciones que se dicen civilizadas no están dispuestas a conceder a los extranjeros, considerándolos solo mano de obra temporaria, y por lo tanto descartable.


Si hacemos un balance del primer siglo de nuestra vida como nación independiente, entre tantos aciertos y errores resalta la vitalidad que nuestro pueblo demostró y que nos llevó a ocupar uno de los primeros lugares entre todas las naciones. Nuestros próceres, mas allá de la artificial aura de perfección de que se los recubre en los actos escolares para maquillar sus fallas humanas, tenían en sus aciertos y errores la desmesura propia de la grandeza.


Y, para decirlo sin rodeos, tenían ideales. Es imposible no admirar a Moreno, Castelli, Güemes o Belgrano en estas épocas de mezquindad y egoísmo.


En algún momento, sin embargo, los argentinos dejamos de pensar en grande. Creyendo que ya estaba todo hecho nos conformamos con reparar en vez de construir, y con improvisar en vez de planificar. Nos aferramos cada vez más a nuestras opiniones, y dejamos de pensar en la construcción del país como una tarea conjunta. Olvidamos que un país se hace cada día, y lo hacemos todos.


Dejamos de participar, haciéndole las cosas fáciles a los corruptos e incapaces, y nos refugiamos en la queja y la resignación mientras éramos testigos de la creación de una sociedad cada vez más injusta.


Quiero creer que toda esa energía y capacidad que nuestro pueblo tuvo en el pasado no están perdidos, y que podemos salir de la mediocridad y la decadencia si nos lo proponemos. Estoy asimismo convencido de que podemos sanear las instituciones y encontrar gente capacitada y honesta que canalize ese esfuerzo colectivo que todos tenemos que hacer cada día, ya no para sobrevivr como hasta ahora, sino para volver a crecer en serio.


Esa, tiene que ser nuestra tarea, para nuestro próximo siglo de vida independiente.



Autor :El fantasma de Canterville.



Buenas noches.



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domingo, 16 de mayo de 2010

MÀS ESCÀNDALOS!! LA PASIÒN INDECENTE DEL CONDE WOLFANG TURPILIATUS VON MENTECAT.




(La trama central de este relato, se la escuchè a mi abuela Julia, siendo yo un niño de seis años. Ella no hablaba castellano, sino dialecto gallego. A pesar de no contener palabras groseras, era algo que se contaba entre mujeres, y terminaba entre sonrojos, y risitas contenidas. Era un cuento "escandaloso". Yo cambiè nombres y circunstancias, pero la esencia es la misma. Si alguien lo conocìa de antemano, mis disculpas.)



Faltaban muebles?


El Conde Wolgang Von Mentecat IX, que permaneciò soltero durante toda su vida, fue, sin embargo, conocido por sus lances amorosos.

Habiendo establecido su mecenazgo para con el Dr Harold Fragapane, èste ùltimo, en una ocasiòn, le presentò a quien serìa, años màs tarde, la ùnica mujer que el Conde Von Mentecat recordarìa en su testamento, Brunilda de Athelstane, tercera baronesa de Godoy Cruz.

En su primer encuentro, luego de una copiosa cena, regada con los mejores vinos, la mejor mùsica, y los màs apasionados poemas, la dama cediò a los romanticos empujes del Conde, y aceptò pasar la noche con èl.

El Conde Wolfang Turpiliatus Von Mentecat, decidiò, entonces, concurrir, en forma discreta, a una romàntica posada para concretar el comienzo de la relación amorosa.

Para eso, despidiò a sus lacayos. Pero estando camino al hotel, el caballero adviertiò que no llevaba dinero en efectivo y acordò con la dama que ella se harìa cargo de las 300 libras que costaría la cita amorosa, y que al día siguiente él se los reintegrarìa.

Efectivamente, al día siguiente tal cual lo prometido, el Conde decidiò enviarle un cheque a través de su secretaria, pero para que ésta no se entere de la relación que hubo entre los dos, le diò a entender que el dinero era en pago por el alquiler de un departamento.

Sin embargo, decidiò enviar un cheque sólo por 200, en lugar de las 300 libras acordadas, y le expuso las siguientes razones:

"Estimada señora: Le envío 200, en vez de las 300 libras acordadas, en pago del departamento que alquilé, pues esperaba otra cosa:

1ro.) Esperaba un departamento sin estrenar.

2do.) Que tuviera calefacción.

3ro.) Que fuera pequeño

Pero resultó todo lo contrario, pues estaba usado, era frío y demasiado ancho.

Atentamente, "Sr. Disconforme."

Al recibir esto, la Baronesa le contestò:

"Estimado caballero: Le devuelvo su dinero pues en verdad no lo necesito, pero debo decirle con referencia a lo que dice su carta, que usted tendría que saber:

1ro.) Que un departamento tan bonito no podía estar sin estrenar.

2do.) Que con seguridad usted no supo encender la calefacción.

3ro.) Que yo no tengo la culpa de que usted no tenga suficientes muebles para llenar el departamento".

Atentamente, La Baronesa."


Años despuès, ya anciano, mientras redactaba su testamento, El Conde Wolfang Von Mentecat IX, recordaba el incidente al escribir :

-"A Fragapane, no le dejo NADA! Una, porque ya se muriò!

Y otra, que por su culpa, me enredè con esa loca, LOCAAAAAAA!!"




Buenas noches.



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lunes, 10 de mayo de 2010

EL CÒDIGO DE LEIBNITZ


Rescatado por la Historia.



En realidad, las matemàticas solo se han desarrollado, en aquellas civilizaciones en las que existìan ciudades grandes, con mucha poblaciòn.

Habìa que organizar el reparto de comida, saber què correspondìa a quien, en suma, mantener cuentas claras. En algunas tribus australianas o africanas, que han vivido aisladas, casi en la edad de piedra hasta el dìa de hoy, los nùmeros son desconocidos. Las cosas se miden por su duraciòn, pero no por su nùmero.

Los sumerios, (cuando no), necesitaban saber cuantas cabras tenìa cada pastor. No fuera el caso de se robaran alguna. Asì que inventaron una bolita de barro, con una punta hacia arriba, que funcionaba como unidad. Si al cuidador de las ovejas, le daban 20 animales, ponìan 20 de estos potiches en un plato.

Claro que a veces, un lobo se comìa una oveja. O quizàs, otra oveja tenìa crìa.

Entonces se agregaba o se quitaba una unidad. Si darse cuenta, los sumerios habìan inventado la suma y la resta!

Esa "unidad" sumeria, es el primer "Uno", que se conoce.

Pero no era muy pràctico. Si le mandaban varios sacos de grano a alguien, ponìan igual nùmero de estas bolitas en un receptàculo de barro, para representarlos. Y para que se supiera cuantas unidades habìa dentro, hacìan el mismo nùmero de marcas en el exterior del envase.

Los egipcios, màs tarde, vieron esto y prescindieron de las bolitas. Era màs simple hacer las marcas sobre una tablilla de arcilla!

Incluso, basados en el uno, llegaron a representar el increìble nùmero de...Un Millòn! Este nùmero, se representaba con la figura de un prisionero pidiendo clemencia.(porque a los Faraones les gustaba decir que tomaban MILLONES de prisioneros!)

Ya se manejaban àbacos, y se hacìan càlculos bastante complejos.

Al "uno", los egipcios lo llamaron "codo", y lo tomaron como medida base para la construcciòn de sus monumentos.

Claro que, como solo se hablaba de "unidades",las ùnicas operaciones conocidas, eran la suma y la resta.

Por esa època, en la India, ya se conocìan los nùmeros del 1 al 9. (Sì, los que nosotros conocemos como "nùmeros aràbigos", son indios! Los àrabes los adoptaron, y los introdujeron en Europa, pero nada màs.)

Y entonces llegò el concepto que revolucionò todo, y creò las matemàticas: El "cero".

El cero, tambièn es indio. Y es la primera abstracciòn matemàtica que se conoce.

Hasta ese momento, se contaban las cosas reales, pero no habìa algo que representara "la nada". El cero, junto con el uno, podìan representar el ciento por ciento del universo.

Los àrabes conocieron estos nùmeros indios, y los adoptaron inmediatamente. Las ciencias en general, avanzaron notablemente, pero la astronomìa y la fìsica, tuvieron un salto formidable dentro del Reino Musulmàn, sobre todo, gracias a estos nùmeros, y su capacidad de promover la "matemàtica abstracta".

Todo lo contrario pasò en el Imperio Romano. Los nùmeros Romanos, no sirven màs que para contar. No existe el cero. Asì es que, a pesar de los logros obtenidos por el Imperio, no se recuerda ningùn matemàtico famoso Romano. Hay varios griegos, como Pitàgoras, por ejemplo. O Arquimedes. Pero no hay Romanos.

Al final, los nùmeros "aràbigos", lograron entrar en Europa. Pero fueron bastante combatidos. La gente estaba acostumbrada a la numeraciòn antigua.

Pero, poderoso caballero, es Don dinero! Resultò que, para calcular intereses sobre los prèstamos, el sistema nuevo, era mejor y màs fàcil que el antiguo. Sobre todo, para calcular el interès compuesto!!

Los cambistas y banqueros, lo adoptaron de inmediato, y el sistema romano antiguo quedò en desuso. No era cuestiòn de perder plata!

Y asì ha seguido hasta el dìa de hoy, sin cambios ni discusiones.

Sin discusiones?

Bueno, màs o menos. En el siglo 18, un matemàtico medio excèntrico, de apellido "Leibnitz", propuso que se erradicaran todos los nùmeros, salvo el "uno", y el "cero".

Leibnitz decìa que era màs fàcil y sensato, manejarse con solo dos nùmeros, que con todos los demàs. Esto es, "binariamente".

Incluso, creò una especie de "arreglo", donde, con solo el "uno", y el "cero", representaba a todos los demàs nùmeros, y a cualquier cifra.

Pero no le hicieron caso. Su "còdigo binario", fue motivo de mofa acadèmica, y no fue aplicado en forma generalizada.

Pero Leibnitz, tenìa razòn. La historia, fue a rescatarlo.

En realidad, su còdigo, es el "còdigo binario" que, actualmente, utilizan todas las computadoras del mundo!


Buenas tardes.

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lunes, 3 de mayo de 2010

PERFECTOS AMORES IMAGINARIOS



Mi mundo.

Reconozco que he sido un "enamorado del amor", desde mi adolescencia.

Es mucho màs fàcil enamorarse de alguien que nunca lo sabrà,(y no puede hacernos daño, no correspondièndonos ), y con quien podemos imaginar toda una vida, feliz y perfecta, sin que la contraparte interfiera con sus gustos, caràcter, y deseos.

Porque, debo aclarar, cuando digo "imaginar", yo imaginaba de lo mejor y màs impactante. Mis amores inexistentes, han sido muy explosivos. Eran terribles. Dignos de una pelìcula.

No solo imaginaba las partes buenas. Tambièn tenìa en cuenta los momentos difìciles. Las soluciones. La pasiòn, la ternura, las discusiones, todo.

Hasta que, un dìa, imaginaba el final, y cada uno, seguìa su camino.

Claro que, entonces, me enamoraba de otra, y armaba una historia diferente.

En un mundo mental, construido por uno mismo, todo puede pasar. Todo es posible.

Làstima. .................en la realidad, las cosas son distintas.



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Si un anciano yo fuera,
al que ya deja la vida,
ten por cierto, calmaría,
aquel trance, tu tibieza.
Tendré fija una idea,
en mi hora de agonìa;
Más herirá, que la partida,
de perderte, la certeza.

Yo no estoy viviendo solo,
pero mi vida es destierro;
Y por eso, tanto valoro,
que, a pesar de tanto yerro,
quizàs ronde mi despojo,
tu recuerdo…..tu recuerdo.



Buenos dìas.