Gente Sensible

lunes, 29 de septiembre de 2008

TENÌA SOLO SIETE AÑOS II

La historia de un hombre grande.


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Emilio se habìa enrolado, para ir a Rusia.
Se pensaba que la excursiòn, "para matar comunistas", durarìa un par de meses. Pero las cosas no fueron asì.

Le tocò ir a Sebastopol, integrando la dotaciòn de un tren que transportaba un cañon enorme, con el que se destruìa una ciudad entera, con solo 10 disparos.

Los libros de historia muestran que aquel enorme mortero, era llamado "Dora", pero Emilio, hasta el final de su vida, insistiò en que el nombre era otro: "Karl".

(Nota: "Mirko y su mosquito bailarìn", averiguò que en realidad, eran dos cañones distintos. Emilio estuvo en el "Karl", el màs chico.)

El General al mando, se llamaba "Dietrich Von Choltitz", y Emilio lo amò por el resto de su vida.

Conocìa de donde era oriundo (Baden Baden, en Alemania), el nombre de su esposa (Huberta), y jamàs aceptò que, màs adelante, Von Choltitz, se haya rendido con la guarnicion de Parìs.

"Lo envenenaron!", "Lo envenenaron!", era toda su explicaciòn.

Años màs tarde, horrorizarìa a su nieto, contàndole como, para guiar a los camiones de abastecimiento, en medio de la estepa, tomaban cadàveres y los dejaban al raso, durante una noche, en posiciòn de firmes, pero con un brazo extendido.

Quedaban congelados de tal forma, que se los enterraba hasta la rodilla, con el brazo mostrando la direcciòn correcta, en las curvas del camino. Servìan durante todo el invierno.

Pero el frìo cobrò su precio. Emilio, que no era un muchacho, enfermò de neumonìa, y debiò ser evacuado.

Vuelto a España, convaleciò de su enfermedad durante dos meses, antes de ser desmovilizado.

En ese lapso, aprovechò para quedarse con un fusil Màuser, que sacò pieza por pieza desde la enfermerìa.

Vuelto a la Argentina, se llevò un par de sorpresas. Su hijo mayor querìa estudiar. Jugaba bien al ajedrez. Y para empeorar las cosas.....tocaba guitarra!

Para una persona dura, y semianalfabeta como Emilio, esto era inadmisible.

Era "no querer trabajar". Era perder el tiempo en cosas "poco serias". Le prohibiò absolutamente, a su hijo, que se dedicara a esos menesteres.

Para peor, el muchacho, que asistìa a la escuela Tècnica, les arreglò una bomba de agua movida por un motor de auto, a los Dòccola. (Emilio pensaba que èl, el padre, debiera haber dado permiso. Porque la escuela de SU hijo, la pagaba "ÊL", y no los Dòccola.)

El enfrentamiento fue tan duro, que su hijo mayor abandonò el hogar familiar a los 18 años, no volviendo a verlo sino hasta 20 años despuès.

( el que terminò pagando el precio, fue el NIETO, de Emilio. Tuvo que cumplir todos los sueños frustrados de su padre. Asì, fue campeòn de ajedrez, concertista de guitarra clàsica, abanderado en la escuela, y tuvo una carrera Universitaria. Lo que no tuvo, fue una infancia feliz. A su turno, el tambièn abandonarìa el hogar paterno, siendo muy joven)

Otra sorpresa, fue la llegada del General Peròn al poder. Emilio se volviò un peronista fanàtico y rabioso. Claro que nunca entendiò, ni tratò de entender, ni hubiese entendido, el ideario peronista. (Y tampoco le interesò entenderlo, jamàs.)

Para èl, Peròn era igual a Francisco Franco!! Con eso, bastaba.

(Fue la ùnica causa que apoyò en su vida. Todo lo demàs, fue por ser oponerse a algo, lo cual, era mucho màs fàcil.)

Por esa època, recorrìan las chacras, compradores de hacienda y prestamistas, o ambas cosas, mayormente de origen hebreo.

Compraban a precios bajos, muy bajos, y revendìan en el mercado central. Tambièn prestaban dinero para semillas e implementos, con intereses altos que, los chacareros, casi siempre analfabetos, aceptaban por ignorancia.

Muchos pequeños productores, perdìan su campo al no poder pagar los prèstamos, debido, por ejemplo, a una mala cosecha, o una baja en los precios de mercado.

Emilio, (como era de esperar), los odiaba.

Una vez corriò a uno desde la casa hasta la tranquera (eran 200 metros), armado con....un jamòn!

Mientras tanto, le gritaba "Raus"! "Raus"! (fuera! fuera!, en alemàn).

Los negocios marchaban cada vez mejor. Emilio tenìa campos, propiedades, varios negocios, y por esa època, comenzò a viajar a BS As, para arreglar las ventas de sus cosechas, y la compra de insumos.

Para tener un lugar donde parar, comprò un edificio de cuatro pisos, con ocho departamentos, en el barrio de Caballito.

Años màs tarde, esto le traerìa un problema monumental, con su mujer.

Los hijos de Emilio, cuando èste era ya anciano ("Don Emilio"), comenzaron a poner en orden sus papeles. Entre muchas escrituras, buscaban saber cuales eran las del edificio. Emilio jamàs daba explicaciones, asì que nadie estaba seguro. Al cabo de un tiempo, la verdad saliò a luz.

Emilio le habìa regalado el edificio a una "amiga". (En su vida, habìa regalado varias casas, a familiares y amigos. Pero un edificio era demasiado..... ¡Y a una amante!)

Su mujer abandonò el campo, donde vivìan, y se fue a un departamento en la ciudad de Rosario.

Emilio no diò ninguna explicaciòn, ni a ella, ni a sus hijos, ni a nadie. Y tampoco se quejò por quedarse solo.
(Años màs tarde, estando a solas en el campo, su nieto se atreviò a preguntarle si aquella historia del edificio regalado a una "querida", era cierta. Don Emilio respondiò con un seco: "Es de hombre bien nacido, retribuir LOS FAVORES RECIBIDOS". Fue su ùnica aclaraciòn sobre el tema.)

Su esposa, finalmente, se reconciliò con èl, pero, enferma de Alzheimer, falleciò a los 82 años, rodeada por su esposo, hijos, y nietos.

Don Emilio, estoico, siguiò viviendo solo otros diez años. Activo y sano, llegò a los 93 años sin necesitar de nadie. Y sin querer a nadie cerca.

Hasta que un dìa, en 1991, saliò a comprar el pan, y no viò un auto que se acercaba.No sufriò ninguna herida seria. Solo magulladuras. Pero tuvo que quedarse en cama.

Y, para un hombre de su edad, esto suele ser mortal.

En 15 dìas, dejò de hablar.

Al mes, sin salir de aquel estupor sombrìo, Don Emilio amaneciò muerto.

Aquel chico de siete años, finalmente habìa dejado la Argentina.

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(Abuelo, le puse tu nombre a mi primer hijo. Y alguien, tenìa que escribir tu historia.)


Buenas noches.

24 comentarios:

lichazul dijo...

vaya história la tuya!!!
en todas las familias se cuecen habas:-)

muakismuakis

ADALBERTO dijo...

Compañero, Gaucho, qué vida la de Emilio, con sus altibajos y el tema del "regalo" a la amante y que la mujer se entera con el tiempo, mi abuelo se mandó una igual con una casa en Flores. No te cuento las discusiones que escuchaba cuando era chico a raíz de ese tema!!!

Un abrazo.

Eric dijo...

Las vueltas que tiene la vida.
93 pirulos, eso es vivir, dudo que llegue.
Un abrazo.

Mar dijo...

Es cierto, alguien tiene que contar estas historias y además es un muy bonito nombre.

Vivius dijo...

Gaucho, es una hermosa historia y es un lujo volver a leerla.
Presumo que tenés bastante del carácter de tu abuelo, pero no creo que regales un edificio! ;)
Gracias por compartirla es muy bonita, y los hombres como tu abuelo que pagaban así "los favores recibidos" no sé si deben quedar muchos. :P

unServidor dijo...

Es una historia fuerte. Y aunque no creo que me toque alinear "cadáveres de tránsito", me cuidaré con eso de andar regalando edificios...
¿No bastaba un cabsha?
;P

Consol dijo...

Preciosa historia la que nos has regalado. Me dan ganas de contar la de mi bisabuelo, no regaló un edificio, pero yo diría que para su mujer y sus hijos fue peor.

Gracias por compartir, esta historia de un español en Argentina.

Besos

Anónimo dijo...

Gaucho, que hombre su abuelo! pero antes habia muchos asi. Cariños.

El Gaucho Santillán dijo...

Hola.

en fin, este fue Don emilio. Habìa màs cosas, pero se hacìa muy largo.

Elisa, muchas de estas historias, son parecidas. Ls circunstancias eran las mismas.

Compañero Adal! y sì, era comùn en aquellas èpocas!

Vivius, el caràcter no creo, mi abuelo era un extremista para todo. Pero sì era un tipo solitario. El ùnico amigo que se le conociò, fue Gentiù (que era "Conde de Ricacensz") a quien vi de unos 80 años, cuando yo tenìa unos 5.

Unserv, eso de los cadàveres alineados para marcar la direcciòn del camino, era repetido por todos los veteranos del frente ruso. Incluso vi fotos. Que espanto! Y lo que no preguntè, es QUE FAVORES TAN BUENOS, eran los recibidos (serìa brava, la tipa!)

Siberia, contàla! cuando la gente muere, los momentos se pierden. Alguien tiene que dejarlo escrito, para que vivan un poco màs.

Elva, eran todos iguales!!! Como dicen màs arriba, en todos lados se cuecen habas!!!

Saludos a todos, y a "ella"

Eric, yo pienso vivir hasta los 150 años! (adobado en fernet)

Tibu, viste que sì? Emilio es un nombre hermoso. (pero a èl no le gusta. Atorrante!)

Roxana dijo...

Gaucho!!! Primero lo primero, cuando terminé de leer la segunda parte y ví la dedicatoria me emocioné...
De carácter fuerte era su abuelo, eh!!! Y a parte, poder vivir tantas cosas y muy profundas hasta los 93 años es un lujo!!!
Uno se pone a pensar cuántas veces nos quejamos en vano, la verdad que no hace mucho tiempo atrás la vida tenía otros objetivos y otro sentido...
Mis abuelos eran inmigrantes, y siempre dije qué bárbaro que hayan podido constituir una familia habiendo venido con una sola valija y sin conocer el idioma... Y pensar que ahora nosotros que tenemos acceso a estudios universitarios, idiomas, internet, masters y postgrados no podemos hacer ni siquiera la mitad de las cosas que ellos hicieron sin un mango...
Cariños

Mª Antonia dijo...

Querido Gaucho:
Me he quedado estupefacta al leer el final donde deja claro que el chico de 7 años, era su abuelo.
Fantástica, increible, admirable... extraordinaria historia con su cara y su cruz, como todas.
Felicidades por haber tenido la valentía de inmortalizarla.
Un abrazo.

Vill Gates dijo...

Che Gaucho, muy buena la historia y sobre todo cómo la contás.
La verdad si tuviera que reconstruir la historia de mis abuelos o peor sus padres, casi no podría.
Saludos!

El Gaucho Santillán dijo...

Hola.

Vill, casi todas las cosas, me las contò mi madre (la nuera), o mi tìo ( un salvaje). Para este tipo de reseñas, siempre me baso en Dominique Lapierre. Me gusta el estilo. Saludos!

Marìa Antonia, no es para tanto. Hay historias parecidas.

Roxana. Sì, es imcreìble las cosas que soportaron. Ellos dirìan que nosotros somos unos flojos. Uno lee sobre aquellas situaciones, y lo que es el presente, y no lo puede creer.


Saludos a todos, y a mi "cuchi cuchi", jajajajaja!!!!

Anónimo dijo...

Ya me parecia, Gaucho. Muy entretenida historia.

unServidor dijo...
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
unServidor dijo...

...¿el favor de no haber dicho nada de los 14 primos segundos que te dio?
:P

Anónimo dijo...

Ahhh Gaucho!! Pero qué historia tan bien contada!!
Como usted dijo por ahí , es una historia que se repide de a cientos o miles en nuestro país...pero su abuelo! faaaa qué personaje!!
Qué lindo homenaje le hizo usted! poniéndole Emilio a su hijo y como dijo Ma. antonia inmortalizándolo!

Emocionante historia, gracias por compartirla!!

Saludos desde Chicago.

El Gaucho Santillán dijo...

Hola!!

The flaq, como andan por allà??? acà vamos a haerr una colecta para ayudarlo a Bush. (cianuro, vamos a juntar!) saludotes!

Unserv, me parece que no. En esa època....bueno, capaz que sì. (Yo tengo hermanos de la edad de mis hijos!jajajajaja!!!)

Boyd, esta la habìa publicado en Bloguetia. Un abrazo.

Saludos a todos, y a "ella"

Mori Ponsowy dijo...

Vivir oponiéndose a algo siempre es más fácil. Lo duro es caminar por la cuerda floja.

El Gaucho Santillán dijo...

Mori, sì. Siempre es màs fàcil ser "anti" algo. De otra manera, hay que aportar ideas!!!

Saludos!

Steki dijo...

Ay Gaucho!
Qué tierna dedicatoria al su abuelo.
Usted me desarma con sus sensibilidades.
Qué Emilio éste, che, jaja!
Abrazo para usted, amigo.
BACI, STEKI.

Martín Aon dijo...

Buenísima historia Gaucho, buenísima en serio y bien contada.

Así da gusto leer.

Ahora, si usted tiene algún vicio heredado, avíseme y le presento alguna de mis hermanas. Total, me arrima un edificio y estamos hechos.

Saludos.

El Gaucho Santillán dijo...

Ah! no vale Martìn. Asì, que vivo!!! Tengo que poner una constructora!!! jajajajajajaja!!!!

Steki, abuelo hay uno solo.

Saludos a todos

Rapote dijo...

Gaucho ladino. Me hizo emocionar al final...

Es que a los que tuvimos abuelos españoles de "aquéllos como rocas" esto nos golpea al corazón.

Me dió ganas de evocar al mío (propietario original del mote Rapote que yo utilizo desde siempre como nick rindiéndole homenaje) contando su dura historia.

Ya me decidiré a hacerlo.

Muy bueno lo suyo, lo felicito.
Rapote