..............................................................................................................
Habiendo, el Conde Wolfang Turpiliatus Von Mentecat IX, trabado relaciòn con
Segùn sus servidores, podìan escucharse corridas, gritos, caìdas y hasta disparos de pistola, a toda hora, en sus aposentos privados.
Por tal motivo, para preservar la honra de
Este palacio, normalmente , permanecìa cerrado, y sus cuentas, eran atendidas personalmente por el Conde, quien, mal que le pesara, siempre descollò por sus caprichos, màs no por su inteligencia.
-------------------------------------------------------------------------------------------------
(Al respecto, solo diremos que el Conde, jamàs subiò a un aviòn. Y no por miedo a volar, sino porque:
-“Un Von Mentecat, solo vuela en un Avion Presidencial!” -
Segùn el Conde, un “aviòn presidencial”, deberìa volar con un montòn de motociclistas por delante y por detràs. Y nunca pudo conseguir uno asì.)
............................................................................................................................
El romance, marchaba viento en popa, hasta aquella funesta tarde, que el Conde Von Mentecat, detallò especialmente en sus memorias, aquì transcriptas:
CAPÌTULO 47 Y 5/8 (parte de antes del final)
DE CÓMO ME VOLVÌ CÈLIBE, POR CULPA DE
---------- o -----------
“Vino a verme, una ,mañana, mi apasionada Baronesa, y, con voz angustiada, me espetò:
-Wolfangcito!, tengo un mes de atraso!. Creo que vamos a tener un niño. El médico me dijo que mañana, me dirá el resultado de los análisis y entonces lo sabremos con toda seguridad!.-
(Estando todavía yo azorado, y calculando las consecuencias de aquello, sonò el teléfono. Era una llamada de la Administración de
- Somos de
(Incrèdula, mi bienamada, se aterrorizò, pero, aparentando compostura, logrò preguntar, protestando inocencia)
-No puede ser! ¿De donde han sacado eso? ¿ cómo pueden ustedes saberlo?-
(Sin embargo, la respuesta, fue ràpida y desvastadora )
- Porque nuestras empleadas, llevan el registro de todos los atrasos, señora. Son expertas.-
(
- Oye Wolfangcito!, son los de una oficina de “No se què”, y……¡ya saben que tengo un mes de atraso!-
(Extrañado, tomè el telèfono y, con voz tonante, ya que pensaba que era una mala broma, contestè de brusco modo)
- ¿Es verdad que saben lo del mes de atraso? ¿O acaso estàis bromeando, voto a
-En efecto nos consta - me respondieron - y le estamos avisando que debe realizar, inmediatamente, el pago correspondiente a este atraso, del cual Usted, ES El UNICO CULPABLE-
(Aquello me dejò de una pieza.)
- ¿Pero como “Un pago”? ¿De veras? ¿encima debo pagar?.... ¿Y què pasa si no quiero pagar nada eh?-
(Empezaba yo, a irritarme.)
- Pues entonces, personal de esta administraciòn, tendrà que ir a su casa, y, a pesar nuestro, SE LA TENDREMOS QUE CORTAR!-
(Como cualquiera entenderìa, aquello me aterrò).
-¡Voto a brìos, calaveras y serafines culones! ¿Tanto serìa asì? Espere, no pueden hacer eso!, ¿Qué harìamos, entonces, mi amada y yo, que nos queremos tanto?-
- Pues, realmente, no sè que decirle, señor.. ¡Pienso que probablemente tendrían que ARREGLARSE CON UNA VELA!-
--------o---------
Al dìa siguiente, el mèdico descubriò que la Baronesa, no estaba encinta. Habìa sido una falsa alarma.
Pero fue tarde para mì, pues ya me habìa embarcado para Tum Buc Tu, desfrazado de marinero Turco, abandonando a
Nadie habrìa de cortarme nada, voto a nenúfares, somogurjos y narvales con cuernos!
--------------------------------------------------------------------------------------------
Esta, pues, fue la triste y desgraciada verdad, que privò a los Von Mentecat, de la prosecución de su estirpe.
Como alguna vez comentò el ilustre Dr Harold Fragapane:
-“Hacìa falta tanta amenaza, para apagar tanto fuego!”-
Buenas tardes.